Ideas para que la ansiedad no afecte a los niños

¿Cuántas veces cuando recordamos y contamos alguna situación complicada del pasado acabamos riendo?. El tiempo nos da esa perspectiva que perdemos en el momento. Con el tiempo, tendemos a relativizar un poco las cosas y priorizamos lo bueno sobre lo malo. Nuestras heridas cicatrizan. No es que lo que estemos viviendo no sea muy duro. Lo es. Para algunas familias mucho más que para otras. Pero cómo vamos a recordarlo en el futuro, depende un poco de nuestra disposición ahora mismo. Porque si hay algo claro de todo esto es que al final, con lo único que nos quedamos, es con los recuerdos. Y podemos construir los de nuestros hijos. Y bonitos. O por lo menos intentarlo. La ansiedad ha entrado a nuestras casas de la mano de la palabra coronavirus. Ha entrado con la misma potencia de un huracán. Y nos hemos dejado las ventanas abiertas. En estas semanas hemos tenido que convivir con ella a diario. Aceptar que ya es un miembro más de la familia y que, lo más probable, es que decida quedarse con nosotros hasta que todo esto acabe.Podemos ignorarla y dejar que se siente a la mesa, se coma nuestra comida y se haga cada vez más grande, o podemos identificarla, saludarla y empezar a dar pequeños pasos juntos para que su presencia no altere demasiado nuestra percepción de las cosas. Con pequeños gestos podemos conseguir que no gestione nuestras rutinas y, sobre todo, que toque, lo menos posible, a nuestros hijos. Por eso, hemos pensado que puede estar bien compartir con vosotros algunas ideas que os pueden ayudar a sobrellevar esta situación con los niños. Pequeños hábitos que podéis implantar en vuestras nuevas rutinas que os ayudarán a que su recuerdo de esta cuarentena esté lejos de ser traumático. * Es esencial explicarles a los niños qué está pasando. Tenemos que darles la información pero sin ser catastrofistas. Hacer juegos para explicárselo es una buena estrategia. De lo que se trata es de que su imaginación ante lo desconocido no les juegue malas pasadas y el miedo se apodere de ellos. * Los niños necesitan moverse, es algo natural. Su sistema central está en desarrollo y necesitan del movimiento y la interacción. Ante la nueva situación en la que estamos, tenemos que canalizar esto de alguna manera, por lo que debemos ser especialmente flexibles. Si contáis en casa con un espacio exterior, os resultará más sencillo, si no, podéis organizar una disco, hacer una carrera de obstáculos en el pasillo, dejarles montar un barco pirata en el sofá o practicar yoga. ¿Os imagináis cómo recordarán estas actividades en el futuro?. * Hazlos sentir importantes y trátalos con amabilidad. Que entiendan que son imprescindibles y que necesitamos de su ayuda. Háblales a su altura y mantén la calma. A menudo, un simple abrazo en las situaciones más complejas es todo lo que necesitan. * Conéctales con sus amigos. Que sientan que, aunque aislados, estamos juntos en esto. Que el zoom se use no solo para tus reuniones laborales sino también sociales (con los abuelos, los primos o los amigos del cole). * Ante la situación de tensión en la que estamos es habitual perder la paciencia más rápidamente y entrar en un bucle de negatividad en el que no paremos de decir cosas como: «eso no se hace, eso no se toca, eso no se dice, no te muevas, no grites, no molestes, no, no, no…» Valorad cada gesto positivo que tengan: cuando pongan o recojan la mesa, cuando ordenen su habitación, cuando hagan sus deberes… que sientan que sus esfuerzos son apreciados. Esta situación también es nueva para ellos y tenemos que ser conscientes de ello. * Los días pueden ser muy largos y estar llenos de altibajos y es normal, por eso, procura que en las noches, antes de ir a dormir, rebajemos el tono. Prepara una actividad relajante entre todos. Enséñales a hacer sombras con las manos en la pared a la luz de una linterna o apaga las luces, enciende unas velas y cuenta alguna historia. Los niños están sedientos de historias y estamos seguros de que recordarán estos momentos con mucho cariño. * Hablad juntos sobre qué es lo que menos les ha gustado del día pero, sobre todo, lo que más. Si quieren dormir juntos, que lo hagan. Se sentirán más protegidos y, sin duda, será más divertido. Que se vayan a dormir con el mejor sabor de boca. Esta situación nos está poniendo a todos contra las cuerdas. Se trata de sobrevivir a estos días haciendo malabarismos constantes y es increíblemente agotador por lo que no seáis demasiado duros con vosotros mismos. Habrá días en los que lo máximo a lo que podréis llegar es a mantenerlos alimentados y no pasa nada. En el futuro, no serán esos los días que recuerden, os lo aseguramos. De lo que se trata es de que consigamos mantener la ansiedad al margen de sus rutinas y de ser capaces de fabricar juntos recuerdos bonitos de la manera más sencilla. A pesar de las circunstancias, tenemos muchísimas razones para estar agradecidos y recordad, queridas Casita Families, esto también pasará. «Interrupt anxiety with gratitude.»